De todos los lugares en los que uno ha tenido que vivir, la búsqueda siempre ha sido tratar de escoger la mejor opción: el lugar más cerca o el sitio más tranquilo, quizás el más cómodo eligiendo entre el más espacioso o el más fácil de limpiar, el más económico pero el más bonito, el de la mejor vista o ese que realmente nos convenía. Si lo recuerdo bien, lo más emocionante de cuando emigré era hacerme la idea de todas las posibilidades que se abrían al poder vivir en sitios tan distintos en Buenos Aires. Igual no hablo solo de países o ciudades, porque nunca quise pensar tan grande de una vez. Simplemente era un disfrute empezar a imaginar ese nuevo piso, esa habitación con otra disposición o ese espacio compartido a donde sea que me tocara estar y en cómo sería la dinámica de decorarlo y sentirme parte de él.
Uno puede llevar esa cuenta fácilmente si echa un poquito de cabeza. Yo, por ejemplo, he vivido en 10 lugares distintos hasta ahora y aunque soy fan del cambio pero no de la mudanza en sí, amaría que ese número siga creciendo con los años.
Fue acordándome de eso que también pensé en los lugares en los que me quedé a vivir sin darme cuenta. Lo digo con la misma cantidad de seguridad que de locura, solo porque sé que yo tengo conmigo a personas que se quedaron a vivir en algún lugar de mí sin haber tenido el chance o la necesidad de avisarles que siguen por aquí. Personas que quizás acomodé no en el espacio más grande, pero sí en el más accesible; quizás no en el más lujoso, pero sí en el más especial; y muy probablemente no sea el mismo lugar que ellos recuerden, pero sin duda viven en una dirección, dentro de mi buena memoria, que jamás voy a olvidar para saber cómo llegar.
“That's the problem with memories: you can visit them, but you can't live in them”. ― Shaun David Hutchinson.
Le dedico esta entrada a mi Tío Mario, cuya partida esta semana me tomó por sorpresa y se sintió demasiado pronta. Gracias por ser alguien excepcional conmigo desde mi infancia y hasta la última vez que nos vimos. Te querré muchísimo, ahora acomodado en mi buena memoria.
1. Algo de una app
How We Feel: para ayudarte a identificar tus emociones y encontrar estrategias que te ayuden a gestionarlas en el momento. Es una aplicación gratuita creada por científicos, diseñadores, ingenieros y terapeutas en colaboración con Yale Center for Emotional Intelligence (YCEI) y basada en el trabajo del Dr. Marc Brackett. Fue fundada como una organización sin fines de lucro enfocada en la ciencia y es posible gracias a las donaciones de personas apasionadas por llevar el bienestar mental a la audiencia más amplia posible.
Me gusta que es bastante intuitiva, visualmente entretenida y que puedes crear un registro de emociones para ir reconociendo patrones sin tanto rollo. Los términos de privacidad de datos son claros y fáciles de entender: todos tus datos se guardan en tu dispositivo a menos que optes por enviar una versión anónima de tus registros para que se utilicen en investigaciones.
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2. Algo de una canción
Si hoy vibras con la nostalgia, entonces escucha Feria Lo Pagán de AMORE.
3. Algo que no conocemos
¿Cómo es realmente el proceso de morir? Nadie sabe con total certeza pero esta breve animación llamada Dying for Beginners con la voz de la Dra. Kathryn Mannix te ayudará a comprender mejor el proceso de partir desde un lugar que transmite calma.
Esta aclamada autora, oradora y ex médica de cuidados paliativos ha dedicado su carrera médica a trabajar con personas que padecen enfermedades incurables y avanzadas. La Dra. Mannix, autora de dos best sellers del Sunday Times: With The End in Mind y Listen, tiene la misión de recuperar la comprensión del público sobre la muerte.
4. Algo que puede ser un regalo especial
Esto también es una recomendación de papel, sólo que con un twist más personal porque fue un regalo que le hice a ambos de mis papás cuando me vinieron a visitar.
Deben existir varios así pero este lo consigues como The Story of My Life (So Far): A Modern Mom Journal. Es una especie de diario con prompts para que ella haga el ejercicio de recordar parte de su vida antes y después de ser mamá, anotando recuerdos de su infancia, gustos de su adolescencia, vivencias de su adultez y así. La versión que tiene mi papá se llama Dad, I Want to Hear Your Story y espero que cuando los vuelva a ver ya hayan tenido el chance de completarlo. Un tesoro para todas sus memorias.
5. Algo de una cuenta
litteredmvmnts: un nuevo performer favorito en mi radar, porque littering is cringe. Básicamente es un tipo que se aprende los movimientos de lo que queda tirado por ahí… como bolsas, envoltorios o tickets de compra y los imita en video a la perfección.
Nuevos posteos de él cada viernes en su cuenta de TikTok y de Instagram, seguidos siempre por el mismo título: PSA: Please pick up your trash.
6. Algo vintage
No tenía idea de que ese juguete existía hasta hace un par de semanas atrás. Se llama "Shake-a-Face" y este juguete, una pieza vintage de los años 60 y 70, se fabricó en Alemania y consta de una cara con una cadena móvil dentro de una cubierta de plástico transparente. Al agitar o inclinar el juguete, se reorganizan estas piezas y se crean diversas expresiones faciales. Una genialidad.
7. Algo para no olvidar
No sabía bien en qué categoría entraba esto, lo cierto es que hace varios meses atrás me crucé con este video y lo tuve que guardar.
Ames u odies un QR, esta iniciativa de Turning Hearts hace posible un perfil público al escanearlo, para conmemorar a esa persona querida que falleció mostrando highlights de quién fue.
8. Algún recurso descargable para diseñadores


Te comparto 2 mockups en HD que combinan belleza y funcionalidad para que puedas exhibir tu trabajo y mejorar tus presentaciones. Puedes apoyar a la cuenta que lo creó en el link de abajo.
Download: MIM Free Poster 05
Type: .psd
Credits: BENDITO MOCKUP
9. Algo de un lugar en el mundo
Con las coordenadas 38°15'00.5"N 122°24'38.9"W llegas al Windows XP’s 'Bliss' Hill, el lugar de la fotografía que se hizo el fondo de pantalla más icónico del mundo en los 2000s.





10. Algo para llorar
Ahora ya sé donde encontrarte, dirigido por Diego Berakha. Es un relato sobre su infancia en España y el viaje que hizo a los 12 años cuando decidió mudarse a Argentina con su padre. Dejó una familia y una vida en España para empezar una nueva en otro continente, pero los recuerdos de su infancia lo acompañan constantemente y en ellos, la figura de ‘Yaya’, su abuela que está siempre presente.
La historia surge de un singular descubrimiento que hizo navegando por Google Maps y fue tal el impacto de este hallazgo, que encontró la manera perfecta y muy íntima de contarlo sin hablar. Hoy volverlo a ver me hizo llorar.
Esta pieza fue estrenada en BAFICI 2022 y también existe una versión traducida en inglés.
Que lo que sea te inspire,
Gracias a quienes han comprado la merch así como también a Elena Sánchez, Caps Briceño, Ma. Virginia Flaviani, Nina Chirinos, Valentina Valenzuela, Nicole Galiano, Sarah Caballero, Andrea Finol, Maga Villareal, Andrea V., Joa Font, Mary Rincon, Cheisalas, Mariaemiliahl, Martha Padilla, Guillermo Amador Bograd, Ale Pernalete, Andrea Petro, Leo Rojas, Patricia Suarez, Maria Camila Correa y a Maria Camila Moreno por el apoyo a #LQSQI. Va 1 nuevo bonus gracias a ustedes:
Gracias por compartir tanta inspiración
Un abrazo Gabi, estas pérdidas siempre son muy difíciles pero elijo creer que las ideas, energía y recuerdos de esta persona se mantienen mientras les hagamos ese pequeño espacio en nuestra memoria. Me hiciste recordar a mi abuelita <3